Hidrolavadoras Agua Caliente vs. Hidrolavadoras Agua Fría

Hidrolavadoras Agua Caliente vs. Hidrolavadoras Agua Fría

Cuando se trata de eliminar aceites y grasas, las hidrolavadoras  de agua caliente ofrecen una clara ventaja en términos de tiempo, resultados e impacto ambiental. Las hidrolavadoras de agua caliente aumentan la temperatura del agua de aproximadamente 11 ° C a 150 °C. Esto permite reducir en gran medida la presión de trabajo, el tiempo de limpieza y el consumo de detergente.

Además de estos beneficios, se puede observar una reducción significativa en los gérmenes al limpiar con agua caliente. Para la mayoría de los requisitos de higiene, esta reducción de gérmenes sin el uso de desinfectante es completamente suficiente. El calor es un factor importante en la limpieza, ya que acelera varios procesos químicos. Con cada aumento de 10°C en la temperatura, la velocidad de reacción química se duplica. El calor, el aceite, la grasa y el hollín se desprenden y son más fáciles de eliminar. La emulsión de aceite y grasa en el agua se acelera y las superficies calientes se secan más rápido.

Esto significa que las temperaturas más altas del agua pueden reducir los tiempos de limpieza hasta en un 35%, con resultados significativamente mejores. Al reducir la cantidad de agua, también se puede alcanzar una temperatura de vapor de hasta 150 °C. Con la combinación de vapor y presión sin minerales, incluso la suciedad más difícil puede aflojarse. Esto a su vez garantiza un alto rendimiento de limpieza, incluso sin aditivos químicos. La etapa de vapor es perfecta para eliminar revestimientos de betún, revestimientos de pintura en general, depósitos de hollín, líquenes y algas.

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